El exmandatario, quien encabezó el comité organizador del encuentro en el que se analizan las características principales de la Cuarta Revolución Industrial (4RI) y su aceleración por la pandemia de coronavirus, consideró que los efectos económicos, sociales y políticos que enfrenta el planeta, obligan a todos los sectores a considerar las oportunidades y los desafíos impuestos por la situación.
Tras hacer un repaso del impacto económico que tuvo la pandemia en los hogares, gobiernos, empresas, la educación y la sociedad en general, consideró que la humanidad se enfrenta el desafío de ampliar aún más la brecha entre ricos y pobres como resultado de la falta de conectividad. También advirtió sobre la amenaza latente de que, debido a un mayor uso de las tecnologías en la vida cotidiana, las empresas tecnológicas acumulen y concentren mayores riquezas, dando lugar a prácticas monopólicas, al control de la privacidad, a la vigilancia de los ciudadanos y a la manipulación de los datos.
También, al establecimiento de nuevas formas de dominio y control. En resumen, a la cristalización de un mundo distópico, pero más sofisticado que el previsto por el gran novelista británico George Orwell, a mediados del siglo pasado.
Tales desafíos -indicó- pueden convertirse en grandes oportunidades y nuevos sueños y utopías para la transformación de nuestro planeta “en beneficio de una humanidad más justa más empática y solidaria.
Manifestó su oposición a un ajuste fiscal para enfrentar los endeudamientos que provocaron en los Estados las quiebras económicas por la pandemia. Estos pueden derivar en convulsiones sociales, dijo en otra parte de su intervención.
El evento tuvo una gran repercusión internacional con oradores de Canada, España, Argentina, República Dominicana, Nepal, India, Colombia, Brasil, Estados Unidos, Sri Lanka, Paraguay, Gran Bretaña y México entre otros países.
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